España: siete años y medio para el pederasta que abusó de su hijastra en Ciutadella

D. M.
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La Sección Segunda de la Audiencia Provincial ha declarado «probado» el delito continuado de abusos sexuales del que era acusado el joven malagueño enjuiciado el mes de junio en Ciutadella.

El tribunal, presidido por el magistrado Joan Catany, ha dado «pleno crédito» a lo afirmado por la niña y a los informes periciales practicados, que «desvirtúan» los contrapuestos por la defensa. Pese a ello, ha rebajado levemente la condena, desde los diez años solicitados por la Fiscalía y la acusación particular hasta siete y medio. Del mismo modo, la cuantía de la indemnización a la víctima, que se requería de 10.000 y 25.000 euros, respectivamente, ha quedado fijada al final en sólo 6.000.

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La sentencia corrobora la persistencia de los abusos, que circunscribe al periodo comprendido entre principios de 2003 y finales de 2005. Con «intención de satisfacer sus deseos libidinosos», el acusado desarrolló «conductas de índole sexual» con la menor, que para entonces contaba con apenas 11 años de edad.

Iván Alarcón aprovechaba las ausencias de su compañera sentimental del domicilio que ambos compartían en Ciutadella para realizar tocamientos en los genitales y el pecho de la niña, a quien obligó a que le masturbara y le practicara felaciones, «llegando incluso en alguna ocasión a tratar de penetrarla vaginalmente», sin que ésta pudiera negarse». Como consecuencia de estos actos, la joven «presenta secuelas difícilmente evaluables».

Para el tribunal, resulta «determinante» el «amago de irse de casa» que protagonizó la niña. «Se quería marchar porque no aguantaba y se sentía culpable», relata. Esto hizo que la pareja se enzarzara en una «gresca», que terminó con la madre echando de casa a su novio.

Abusos anteriores

La Audiencia considera que los psicólogos propuestos por la defensa «no han descalificado la veracidad de la menor, ni la existencia de los abusos, pues se han limitado a apuntar la posibilidad de que la niña confundiera los abusos sufridos en etapas anteriores (por otra persona) atribuyéndolos a Iván, lo que ni los otros peritos, ni este tribunal, entienden que haya sucedido. Hubo abusos anteriores y los ha distinguido siempre de los cometidos por Iván».

Personalidad narcisista

Los forenses que analizaron al acusado realzaron su «personalidad narcisista», pero el tribunal considera que se trata de un dato «irrelevante e intrascendente de cara a formar la convicción aunque, desde el punto de vista profano, y sólo basados en nuestra experiencia, sí que hemos encontrado en el acusado algún rasgo narcisista». El mismo día del juicio no trató en ningún momento de ocultar su rostro ante las cámaras.