El caso de Sergio Corsi: pedofilia, poder y psicopatía

Seguramente, estarán al tanto de la reciente detención del reconocido psicólogo Jorge Corsi, en Buenos Aires, Argentina. Quisiéramos poner de manifiesto nuestra indignación ante lo ocurrido, y resaltar algunos temas que hemos estado analizando en este blog y que se relacionan directamente con la personalidad del "honorable doctor".

Para quienes aún no hayan oído hablar del caso, he aquí un breve artículo que lo describe:

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Se conocieron más detalles sobre la banda de pedófilos

Se hacían llamar los "boylovers" y estaban comandados por Jorge Corsi, un psicólogo que utilizaba las debilidades y necesidades de los chicos que finalmente eran abusados.

La banda de abusadores sexuales de adolescentes llevaba años funcionando de manera organizada. Las tareas estaban distribuidas de manera estratégica para que los abusadores pudieran lograr el fin último: cobijar a sus víctimas para luego abusar de ellas.

Rocca Clement era el gran reclutador, capaz de detectar en el acto cuál de todos los jóvenes podía convertirse en el próximo abusado. Los buscaba principalmente en las plazas y cibers, también establecía contacto a través de los fotologs con que los adolescentes, muchas veces a espaldas de sus padres, se presentan y se muestran por internet.

Cuando el adolescente ya había sido captado por los engaños de Rocca Clement, Augusto Correa o algún otro miembro de los "boylovers", lo invitaban a ver fútbol o películas a lo de Corsi, generalmente los sábados.

En ese momento comenzaban los besos entre los abusadores y la posterior invitación a sus víctimas a pasar al cuarto. Todo con cuidado, con el cariño que -según los expertos- excita tanto a los abusadores como el poder y la violencia a los violadores.

El miércoles pasado a las 4 de la mañana, policías de la división Delitos contra menores de la Policía Federal allanaron la casa del psicólogo Jorge Corsi, en la calle Paraguay al 3400, ordenados por la jueza María Fontbona de Pombo.

Hoy se encuentra detenido en la lúgubre celda de un departamento policial de Villa Lugano, con la expectativa puesta en las artimañas de su abogado, quien tendrá la difícil tarea de convencer a los jueces de que esto es una gran confusión.

Jorge Corsi era una eminencia, autor de libros y artículos sembrados por el mundo, el conferencista magistral que todos querían en su mesa. Hoy, es el pedófilo que lideraba la banda de abusadores sexuales de adolescentes, mejor conocida como "boylovers".

El perfil de los acusados

Marcelo Rocca Clement de 34 años. Ex profesor de música en varios colegios de zona norte. Fue denunciado por abuso de chicos en el año 2000. Una catarata de pruebas y testimonios lo mandó a la cárcel; la desidia judicial y quizás el consejo de un abogado lo sacaron de ella después de dos años en los que estuvo preso sin haber sido enjuiciado. Un antecedente que impidió volver a encerrarlo, aun cuando las pruebas de sus abusos eran concluyentes.

Augusto Correa era profesor de educación física y trabajaba en una pileta del Parque Sarmiento.

Jorge Corsi, de 62 años, trabajaba hasta el momento de su detención como profesor de un Posgrado de especialización sobre Violencia Familiar en la UBA y era considerado como un especialista en estos temas.

[Para más información léase el artículo "el cuarto detenido por pedofilia dijo que la banda "era como una familia"]

Ahora bien, vayamos por parte: recientemente, citamos un artículo acerca del estudio de Hervey Cleckley, en el cual se describe lo siguiente:

El psicópata: la máscara de la cordura

Cleckley también nos presenta la visión de que la psicopatía es absolutamente recurrente en la comunidad en general. Ha recopilado algunos casos de psicópatas que se desenvuelven normalmente dentro de la comunidad como hombres de negocios, doctores, e incluso psiquiatras. Algunos investigadores ven la psicopatía criminal -designada a menudo bajo el nombre de desorden antisocial de la personalidad- como un extremo de una dimensión (o dimensiones) de la personalidad “normal”.

¿Comprendemos el verdadero grado de repercusión que tiene este fenómeno dentro de la sociedad? Reflexionemos por un momento. Si lo que afirma Cleckley es cierto, ¿en manos de quiénes estamos al confiarnos a doctores, psicólogos y trabajadores sociales si NO sabemos reconocer a los psicópatas?

A eso se suma el hecho de que, por lo general, llegan a ocupar puestos de poder y a manejarse dentro de un círculo de influencia que les sirve de protección para mantener su imagen. Por ejemplo, según el siguiente artículo, el psicólogo Jorge Corsi era la última persona de quien la sociedad podría haber sospechado:

En lo suyo, Corsi sabía cómo moverse dentro del poder

Jorge Corsi sabía moverse por los laberintos del poder. Fue consultado, a su tiempo, por la Casa Rosada, el Congreso y la Justicia. Dos décadas de alta exposición, aconsejando a diputados y funcionarios, a intendentes y magistrados. Nunca un reproche, sólo felicitaciones.

Organismos internacionales lo contrataron para escuchar sus clases. Y es una de las 62 personalidades convocadas para redactar el último proyecto contra la violencia familiar que la administración Kirchner envió al Parlamento en 2006 y aún no se trató.

Astuto, el doctorcito, ¿verdad?

Como era de esperar, los acusados rechazaron los cargos, y la justicia aún no ha pronunciado su veredicto. Queda pendiente saber si los abogados y jueces serán gente normal o psicópatas también. Como hemos podido leer en el primer artículo citado, Marcelo Rocca Clement ya escapó a la condena en una oportunidad , "aun cuando las pruebas de sus abusos eran concluyentes."

Por último, ¿somos capaces de comprender la maldad de Corsi, autor de varios libros usados como referencia en universidades de todo el mundo al tratar la violencia infantil? En el artículo que citamos a continuación, léase cómo él mismo describe con conocimiento de causa la conducta que más tarde lo llevaría a delatarse:

Conmoción en Argentina por captura de psicólogo pederasta

En sus libros, el psicólogo insistía en la "doble fachada" que utilizaban los abusadores para disasociar sus conductas y presentar una cara amable en público y una violenta en privado, sin tener conflictos internos.

Sin embargo, no todo está perdido. La sociedad argentina está conmovida ante lo sucedido. Se ha comenzado a investigar más seriamente la existencia de redes de pedofilia. Otras medidas fueron las siguientes:

Suspenden la venta de libros de Corsi

La Editorial Paidós, que publicó la mayoría de los libros que escribió el psicólogo Jorge Corsi, levantó la venta de los ejemplares de su autoría y pidió a las librerías de todo el país que se abstengan de vender su obra.

Fuentes de la editorial dijeron que siguen de cerca la investigación judicial que compromete a Corsi y que, de comprobarse las acusaciones de pedofilia y abuso, estudian la posibilidad de sacar su obra del catálogo.

O, de boca de una de las colegas del prestigioso psicólogo:

Que se dé credibilidad a la víctima

Nunca pensé que estaría sentada escribiendo acerca de una indagación judicial a Jorge Corsi por pedofilia.

Desde ya, y como todos, es inocente hasta que la Justicia lo declare culpable.

Sin embargo, no sería fiel a las ideas que hemos compartido si no insistiera en que se dé credibilidad a la víctima y se investigue profundamente, también en su caso.

El abuso sexual en la infancia y en la adolescencia amenaza los vínculos de confianza más básicos para la construcción del psiquismo.

Negar o minimizar la importancia del daño emocional que genera esta forma de violencia es sólo un mecanismo que multiplica los abusos cotidianos.

Aun así, lo único que puede hacer justicia es que todos los profesionales -desde los psicólogos hasta los jueces- y los ciudadanos honestos se informen acerca de la psicopatía y aprendan a distinguir el mal personificado en los psicópatas. No es tarea fácil, pero la observación y el conocimiento podrán salvar a muchísimas de las víctimas. Eduquemos a los niños y a los jóvenes. Hagamos justicia mediante este conocimiento. ¿Cuánto más vamos a esperar? ¿Acaso necesitamos que le suceda a nuestros hijos antes de tomar medidas al respecto? Quizás el verdadero amor al prójimo consista en distinguir quién es quién y en aprender a dejar de ser una presa fácil; en aceptar que no somos todos iguales, y que no todas las personas tienen nuestros mejores intereses en mente; y que puede sucedernos a cada uno de nosotros si vivimos en la ignorancia...